lunes, 31 de enero de 2011

Terremoto: Diario de Álvaro (Día 1) (ACD)

Lunes, 24 de abril de 2005.

Hola chicos, me llamo Álvaro y tengo 25 años. Trabajo en un equipo de salvamento. Estoy en el cuartel y no tengo nada que hacer. Nos han llegado noticias de que es muy probable que haya un terremoto en Santiago. Nos vamos a tener que poner en camino hacia allí enseguida, pero antes tenemos que preparar un montón de cosas necesarias si el terremoto ocurriera.  

jueves, 27 de enero de 2011

La espada poderosa

Erase una vez un caballero muy muy fuerte que tenía una espada medio rota. Por eso estaba buscando una espada nueva. Quería que no fuera muy grande porque si no, no podría levantarla. Le dijeron que en el volcán había una, pero que también vivía allí un dragón que se comía a todos los guerreros que cogía. De todas formas fue. Cuando llegó había muchas cuevas, y se metió poco a poco por una. Tuvo suerte porque encontró al dragón dormido. Fue despacio, muy despacio, cada vez más. Y sin que el dragón se diera cuenta, el guerrero cogió la espada y mató al dragón. Se convirtió en el más fuerte del mundo.

La familia y la vuelta intentada al mundo



Había una vez un muchacho llamado Juan. Era un chico alto, listo, rubio y tenia once años. Juan vivía en La Moraleja, que es un barrio de Alcobendas, con sus padres y era hijo único.  A Juan le gustaba mucho el Conocimiento del medio. Él nunca quería  cenar con sus padres porque prefería  ir a cenar con sus amigos  al Diversia,  y siempre buscaba escusas. El Diversia es un Centro Comercial cercano a su casa.
Como estaba poco rato con sus padres, pensó que tenía que pasar más tiempo con ellos. Estuvo dos días pensando. Hasta que un día…
“¡Lo tengo!” exclamo Juan.

miércoles, 26 de enero de 2011

Cazando al Cazador

 Todo empezó así, estaba yo viendo la televisión con mis hermanos a las 9:30 de la mañana cuando:                                        
-¡Venga, a vestirse, que nos vamos!
(Perdonad, aún no me he presentado, soy Álvaro Caruncho. ¿Por dónde iba?, a sí…).
Yo pensé: “¿Nos vamos?, ¿a estas horas?, ¿a dónde?”. Cuando llegué a mi cuarto y vi la ropa que había en mi cama di un grito de exclamación:
-¡Nos vamos a la nieve; bien!

El dragón dormido.

El guerrero más fuerte de la ciudad perdió su espada en el volcán mágico. El dragón le impedía pasar. Pero el guerrero, que era muy listo, le engañó dándole comida envenenada. Como el dragón ya estaba dormido, pasó por delante de él para coger la espada nueva. 
Cuando salió del volcán, se fue corriendo a palacio para hacer una fiesta con sus otros amigos guerreros. Cuando acabó la fiesta fueron a ver al dragón al volcán y ya no estaba dormido porque cayó dentro del volcán. Se despertó y todos los guerreros tuvieron que luchar juntos contra el monstruo. Al final, vencieron gracias a la espada mágica. 

El guerrero en busca de su espada

Había una vez un enorme dragón que era el guardián de un enorme castillo situado al lado de un volcán. Un famoso guerrero llamado Suan andaba buscando una espada que decían que tenía infinitos poderes. Pero la espada estaba dentro del castillo que vigilaba el dragón. Suan pensaba: "tengo que matar a ese dragón y conseguir que esa espada mía". Pero no se acordaba de que también tenía que evitar pasar por el volcán. La suerte acompañó a Suan desde el principio: el volcán no echó fuego cuando Suan se acercó al castillo, el dragón, dormido, no puso en peligro a Suan que consiguió entrar en el castillo y coger la espada con lo que tuvo que matar al dragón para salir victorioso y feliz de su misión imposible. 

martes, 25 de enero de 2011

Alabando a Dios




Hola, me llamo Juan y soy un adulto nacido en Madrid, una ciudad situada en España, el día cinco de marzo del año 3.000. Ahora ya tengo veinticinco años, y estoy acabando mi último invento, pues mi oficio es el de inventor. Bueno, a lo que íbamos, que el invento que estoy haciendo es una máquina del tiempo, y sería la primera que ha existido en toda la historia. 

La familia



Soy el pequeño de cinco hermanos, sus nombres son Ignacio, Javier, Fernando, Gonzalo y yo, que me llamo Álvaro. Como veis  todos somos chicos.
Me gusta estar con mi familia, lo que más me gusta es estar todos juntos con mis abuelos, tíos y primos. Juego y hablo con todos, les cuento las cosas del colegio, donde voy a ir de excursión, de viaje

lunes, 24 de enero de 2011

El dragón bueno

En la aldea de los duendes verdes, todos eran muy felices y se ayudaban unos a otros. Una noche empezaron a oír ruidos muy raros dentro del volcán. Así ocurrió varias noches. Los duendecitos estaban muy asustados y no sabían que hacer. Menos mal que un día apareció un guerrero que buscaba una espada nueva. Los duendecitos le dijeron que si iba al volcán, le regalarían una espada nueva. Esa noche cuando empezaron los ruidos, el guerrero fue a ver qué pasaba. Se dio cuenta que dentro del volcán había un dragón que estaba llorando. El guerrero le preguntó qué le pasaba, y le contestó que le dolía mucho la tripa y por eso lloraba tanto. El guerrero le dijo que tenía unas hierbas que le curarían. Después de tomarse las hierbas el dragón estaba mucho mejor. El dragón le dijo que podía hacer por él. El guerrero le dijo que cuidara siempre de los duendecitos verdes. Como el guerrero cumplió su promesa, los duendecitos le regalaron una espada mágica, y el dragón cuidó siempre la aldea de los duendecitos. 

La espada mágica

Érase una vez un dragón que custodiaba una espada mágica en una roca, pero no sabía cómo sacarla. En un castillo cercano, el guerrero más leal del rey intentaba encontrar una espada nueva. Un día todos los guerreros del castillo se fueron a investigar el volcán. Cuando llegaron, el dragón estaba despierto y les vio. Se quedaron tres horas luchando. Pero de repente un estruendoso ruido sonó... ¡prrrrrrr! Entonces se dieron cuenta que era el volcán lo que sonaba. El dragón seguía de todas formas luchando. A la vez, los guerreros iban probando de uno en uno a sacar la espada. Y nuestro guerrero era el último de los cien que había. No les quedaba mucho tiempo porque el volcán entraría pronto en erupción, y nadie podría sacar la espada entonces. Al fin era el turno del guerrero... y pudo sacarla. Luego se fueron al castillo y el caballero se quedó la espada para siempre. 

El caballero y el dragón

En un volcán había una espada mágica. Un guerrero estaba intentando cogerla, porque hasta entonces ningún otro lo había conseguido nunca porque en el volcán vivía un enorme dragón. El guerrero, ayudado por un mapa supo llegar hasta allí. Y con sus flechas mágicas hizo diana en el corazón del dragón. Entonces una puerta se abrió. El guerrero entró y ante sus ojos había un laberinto. Entró y después de tres días buscando la salida vio la espada ante sus ojos. Pero apareció un minotauro que le atacó. Rápidamente, cogió la espada y mató al minotauro. 

El dragón de fuego

En un pueblo muy lejano vivía un niño llamado Ramón. Los habitantes del pueblo tenían mucho miedo porque todas las noches les atacaba una manada de gigantescos lobos salvajes. Un día el alcalde reunió a todos en la plaza y pidió a un guerrero voluntario que subiera a lo alto del volcán y trajera la famosa espada nueva, que como decía la antigua leyenda, "un valiente niño guerrero la encontraría en la boca de fuego". Ramón levantó la mano, y todos decidieron que fuera él. 

Cogió sus cosas, le dio un beso a sus padres y se fue. Cuando estaba llegando al temido volcán vio que la montaña rocosa era la rugosa piel de un dragón, y el fuego que salía era de su boca. ¡No existía volcán! El dragón se hizo su amigo y le entregó al niño la espada nueva con la que pudo derrotar a los lobos. 

El volcán del dragón

Érase una vez un volcán en el que dentro había un dragón enorme. Un día el volcán explotó. En el reino había un caballero llamado David que estaba buscando una espada nueva. Un día iba con su caballo cabalgando por la tierra y oyó un ruido. El suelo estaba temblando y del humo apareció el enorme dragón. El caballero David estaba con la boca abierta. De repente, el dragón se lanzó sobre él. David cogió una espada que había en el suelo, que apareció cuando el volcán explotó. Se la clavó al dragón. Al final, se fue con su espada nueva galopando en su caballo.

Juego del Escondite

I. En el escondite pueden jugar muchas personas, como mínimo dos jugadores.

II. Se juega de la siguiente manera: 

    A.una persona la liga y cuenta durante un tiempo al menos veinte segundos. 

    B. El resto se esconde durante ese tiempo 
   
    C. Transcurrido ese tiempo, el que se la liga empieza a buscar 
al resto de jugadores que están escondidos. Tiene que encontrar al resto de jugadores. Gana la partida el que se salva sin que le encuentren. Para ello tiene que tocar con la mano en en lugar donde ha contado el que se la liga.

El trono de la princesa

Hace nueve siglos había una princesa que se llamaba Carmen. Un día salió a pasear por el parque y le cogió un dragón que se llamaba Drec, que se la llevó a su castillo. La dejó encerrada en una habitación y había muchas trampas para llegar hasta allí.

Vino el caballero Álvaro y pasó todas las trampas. Pero justamente era la hora de comer del dragón y, como no tenía comida, se iba a comer a la princesa. Álvaro y Drec llegaron a la vez a la torre donde estaba la princesa Carmen. Álvaro estaba saliendo de la habitación con la princesa cuando se encontró con Drec que puso su boca. Como había dos agujeros para poder salir, paso por el agujero de la izquierda. El dragón le pegó con su cola un latigazo, Álvaro salió corriendo, cogió una espada y se la lanzó por dentro de la boca.

En una trampa se quemó un poco la princesa pero siguió el camino y el caballero dejó que se fuera a su castillo. Pero ya había pasado un siglo y había una reina que justamente se llamaba igual que ella, Carmen, y no le creían que ella era la reina.

La reina actual mandaba a los dragones de la oscuridad, y el dragón de la oscuridad había hecho un trato con el dragón “cada siglo se iban a cambiar a la princesa”. Fue a buscar a Drec pero cuando  llegó vio que  estaba muerto y muy enfadado lanzó una espada al castillo. Se fue volando y se encontró a la princesa, le lanzó fuego, la princesa lo esquivó y el fuego quemo el castillo y se murió la reina. Entonces se quedó con el trono la princesa. 

El pacto del dragón y el caballero

Erase una vez un dragón muy malo con unos colmillos largos y de color muy muy blancos, como la leche. Al dragón le encantaba tener los colmillos siempre limpios, pero solo sabía limpiárselos echando fuego por la boca.  El dragón tenía un problema: no sabía echar fuego  si no peleaba.
Hace unos años el dragón tuvo una idea y pensó: "si capturo a la princesa y la encierro en un castillo, vendrá un guerrero y pelearé con él, echaré fuego y se me limpiarán los colmillos. 
Y así lo hizo, año tras año. Venía el guerrero todos los años a salvar a la princesa y el dragón se limpiaba los colmillos con el fuego.
Y un año, el guerrero vino a salvar a la princesa y le dijo: "Dragón, como no tengo caballo, todos los años tengo que venir caminando hasta este castillo para salvar a la princesa y pelear contigo, pero ya me he cansado, así que te propongo un trato". 
Y el guerrero le propuso: "No captures más a la princesa y yo te diré cómo se lavan mejor los colmillos". El dragón aceptó el trato y el guerrero le explicó cómo se lavaban los dragones los colmillos mejor.
Cerca del castillo había un río y el guerrero le llevó a ese río. Había muchas ramas. El guerrero sacó su espada, cortó una rama y se la dió al dragón.
El dragón cogió la rama y se lavó los colmillos con el agua del río. 
Así, nunca más volvieron a pelear entre el dragón y el guerrero.

El guerrero sin caballo


Érase una vez una princesa encerrada en un castillo. Por la noche venía un guerrero sin caballo que quería salvarla, pero resulta que había un dragón muy malo que no lo dejaba rescatarla. 

Un día vino el guerrero y el dragón no estaba, y como se había dejado las llaves puestas, la princesa abrió el castillo con la llave y se fue corriendo con el guerrero. 

Como no tenían caballo, tuvieron que correr muuuuuuucho. Llegaron más guerreros y príncipes para ayudarles y atar al dragón. Lo llevaron hasta un campamento. 

Como estaba muy enfadado y echaba mucho fuego por la boca, lo aprovecharon para asar la carne de la cena. 

La princesa estaba muy contenta porque el guerrero la había rescatado y para agradecérselo le nombró “príncipe sin caballo”. 

El guerrero y la princesa

Erase una vez hace mucho mucho tiempo. Unos bandidos por la noche se llevaron a la princesa que estaba durmiendo en su palacio. Subieron con cuerdas  entonces  se la llevaron muy muy lejos. El rey se levantó, fué a su habitación y no estaba y entonces dijo: el guerrero más fuerte que coja a mi hija se casará con ella. Un fuerte guerrero por la noche fué a buscarla y tardó tres días en rescatarla. Entonces tuvo que luchar contra millones de guerreros que estaban vigilando la torre. Más tarde vino un dragón muy muy malo y el guerrero lo derrotó y subió a la torre y salvó a la princesa.

Catalme, Minote y Nico

Había una vez un guerrero sin caballo que  se llamaba Nicolás Arkep de la Epa, al que le gustaban mucho los chupachups de limón. Cada mañana se acercaba al campo y tomaba uno.

Una vez le mandaron una carta muy interesante que ponía:

Querido amigo:

¿Cómo te llamas? Me gustaría que salvaras a la princesa de Inglaterra, que se llama Catalme. Por del dragón Minote está encerrada en un castillo. Besos y saludos, Güino.

Él se preguntó, ¿qué Minote ni que porras, qué princesa ni qué salchichones voladores, qué Güino ni qué nueces? Nuestro héroe se vistió con su armadura y se puso en marcha.

En el camino se encontró con la serpiente Grina, pero pasó de ella. Siguió y por fin llegó al castillo Minocat, que se llama así por Minote y Catalme. Nico se puso a luchar dos horas con el dragón y tenemos al ganador… ¡Nico venció! Salvó a la princesa Catalme y se casó con ella.

Todos fueron muy felices y comieron perdices.

Las Tres Pruebas

Hace mucho, mucho tiempo, el Rey le contó a su hijo, el príncipe un cuento. Ese cuento era verdad: Había una princesa de ocho años que estaba en la torre de un castillo encerrada por un terrible Dragón. Y le dijo el Rey a su hijo:_” Tu eres príncipe y tienes que salvar a esa princesa. Hay que pasar tres pruebas, no sé  cuales son lo tendrás que averiguar. Ahora tienes que ir al cole y cuando tengas veinte años, podrás hacer la misión. En el cole aprendió muchas cosas y pasaron los años hasta que el príncipe tuvo 20 años. Se fue a hacer la misión y se dirigió a la primera prueba. Era matar a un dragón malo con una lanza afiladísima Y le tenía que matar al primer lanzamiento y lo consiguió, pero tuvo muchas quemaduras, se arriesgo mucho y estaba asustado y llegó a la segunda prueba. Era cortar el tronco de un roble a primera con una espada y lo consiguió y continúo con la tercera prueba. Era encontrar la tortuga gigante en medio día y lo consiguió por un segundo. Y cogió del castillo de la tortuga que encima de ella.  Salvo a la princesa del Castillo y comieron perdices felices y colorín colorado este cuento se ha acabado.

El guerrero con la espada nueva

Este era un guerrero que buscaba una espada. Tenía un amigo dragón que vivía en una cueva en el volcán más conocido y pensó que allí podría encontrar la espada. El único problema era que en la cima del volcán había un ogro malvado que no les dejaría coger esa espada. Para poder llegar a la cueva, era necesario ir volando, por lo que el guerrero se montó en su amigo el dragón y así pudieron llegar a la cueva, que era   enorme, larga y muy pegajosa pero al fondo había una luz y al acercarse vieron que allí estaba el ogro. El ogro empezó a correr detrás de ellos. Para deshacerse de él le hicieron una trampa y el ogro se cayó en el pozo. Y pasaron unos 10 años y todavía seguía en ese pozo feo y horroroso. Su esposa se puso muy mal y triste y lloraba todo el rato porque quería volver a estar con su marido. Y al final el ogro se hizo bueno, le dejaron salir del pozo y en agradecimiento le regaló la espada al guerrero.

domingo, 23 de enero de 2011

Vacaciones en Sanse

Mi familia y yo nos fuimos de vacaciones en Julio a  San Sebastián, durante este mes de Julio mi Papa se queda trabajando en Madrid ya que el no tiene dos meses como nosotros de vacaciones, pero en el mes de Agosto estamos todos juntos en Palma de Mallorca y solo durante este mes de Julio nos vamos a casa de Mis abuelos maternos a SanSe.

Nos vamos mi Madre y mis hermanos que son Ignacio, Almudena, Marga y Alejandra y por supuesto mis abuelos Fernado y Marga, la casa esta muy bien esta muy cerca de la playa y vamos andando a la playa que nos pasamos casi todo el día jugando en ella.



La Recompensa

Había una vez un reino en peligro. Un dragón atacaba todos los días. El rey decidió mandar al mejor guerrero del reino a matarlo. La lucha fue tremenda. Pero el guerrero venció a la bestia. Como decía la leyenda, al matar al dragón su espada se rompió. Esa misma leyenda decía que quien matase al dragón podría conseguir la espada del volcán. Así que el guerrero subió hasta lo más alto del volcán. Allí, clavada en una piedra, estaba la gran espada. Tiró de ella y, como decía la leyenda, consiguió la espada.

El Dragón del Castillo

Érase una vez un dragón que vivía en un castillo, donde vivía una princesa y un príncipe también. Le daban de comer día y noche. Una mañana, al amanecer a la hora del desayuno, el dragón casi le muerde la mano al príncipe. Y luego echó una super llama de fuego y destrozó el castillo. El príncipe luchó contra el dragón, y se le rompió su espada y tuvo que buscar una nueva, que estaba en un volcán escondida. Mientras, el dragón se comió toda la comida de la nevera, se zampó de un bocado la mesa, las sillas, las camas... ¡Y se tiró un eructo de 4 minutos! Pero el príncipe mató al dragón con su espada nueva y la princesa y él vivieron felices y comieron perdices.

viernes, 21 de enero de 2011

El Monte Simelí

Había una vez dos hermanos, uno rico y otro pobre. El rico, sin embargo, nunca ayudaba al pobre, el cual se ganaba escasamente la vida comerciando maíz, y a veces le iba tan mal que no tenía para el pan de su esposa e hijos. Una vez, cuando el pobre iba con su carreta por el bosque, miró  hacia un lado, y vio una grande y pelada montaña, que nunca antes había visto. Él paró y la observó con gran asombro.  
Mientras analizaba aquello, vio de pronto que venían doce grandes hombres en dirección a donde se encontraba, y pensando que podrían ser asaltantes, escondió la carreta entre la espesura, se subió a un árbol y esperó a ver que sucedía. Sin embargo, los doce hombres se dirigieron a la montaña y gritaron:

El viejo Sultán

Un agricultor una vez tenía un perro fiel llamado Sultán, que había envejecido y perdido todos sus dientes, de modo que ya no podía sostener nada firmemente. Un día el agricultor estaba de pie con su esposa en la puerta de la casa, y le dijo, 
-"Mañana tengo la intención de pegar un tiro al Viejo Sultán, ya que no sirve para nada."-
Su esposa, que sintió compasión para la bestia fiel, contestó, 
-"Él nos ha servido por tanto tiempo, y sido tan fiel, que bien podríamos conservarlo."