jueves, 16 de junio de 2011

Los cazadores, por SB


Iba un día por el campo Juan y su padre Pedro. Solían salir muchas veces juntos a cazar aunque la mayoría de las veces salían a pasear porque no encontraban nada. Les gustaba cazar sobre todo jabalíes porque los ciervos les daba pena , cuando apuntaban a un ciervo se les quedaba mirando y a Juan le daba bastante pena tener que disparar. No cazaban ni conejos ni perdices porque era muy difícil tirarlas y Juan llevaba poco tiempo practicando el tiro.
Lo que les divertía era el paseo que se daban juntos y podían hablar los dos solos.
Un día iban preparadísimos para la caza. Estaba ya anocheciendo e iban detrás de un jabalí que les estaba costando mucho verle para dispararlo. Le estaban escuchando constantemente, iban los dos solos con el perro que se llamaba Balú . De repente cuando les pareció que podían ver al jabalí y dispararle Balú empezó a ladrar y llorar como un loco y fuero corriendo para ver que le había pasado. Se encontraron a Balú tirado en el suelo sin poder moverse y al lado una serpiente pequeña que todavía se movía. Juan estaba bastante asustado y el padre mató a la serpiente y mandó a Juan llamar por el móvil a la casa para que mandaran un coche rápidamente. El coche con el guarda no tardó en llegar y se fueron todos a llevar a Balú al veterinario para ver cómo estaba porque estaba medio inconsciente. Por fin consiguieron llegar y el veterinario le puso una inyección y les dijo que no se preocuparan porque no había conseguido la serpiente meterle todo el veneno.
Después del susto se fueron a casa y lo único que les importaba a toda la familia era ver que Balú volvía a estar normal. A todos se les había quitado las ganas de cenar hasta que  ¡ Por fin ¡ pudieron oir los ladridos de Balú otra vez y ver que se encontraba mejor.
Al día siguiente a Juan se le quitó las ganas de volver a cazar y pasó el fin de semana cuidando a Balú.  

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