lunes, 13 de junio de 2011

Vida perruna en los Alpes, por GM


Hola, me llamo Guille, tengo once años y este año iba con mi padre Enrique a esquiar a los ALPES, bueno yo a hacer snowboard.
Mañana, viernes cogería el primer avión a Suiza y luego un taxi hasta el hotel.
Hoy día del viaje cogí de todo, desde mi navaja con la que casi me quedo sin dedo hasta mi mechero. El avión era el más grande del aeropuerto y encima por dentro y fuera era de mí color favorito, el verde. Me quede frito cuando ya se me gasto la batería de la consola y soñé que me fichaban para los campeonatos, pero cuando justo iba a hacer un BACK FLIP la azafata del avión dijo que habíamos llegado.
Nada más llegar al hotel iba a deshacer la maleta pero mi padre me dijo que no y que me fuera a jugar con los niños de fuera, pero yo desconfiaba. La última vez que lo hizo me puso la ropa en el sitio equivocado y me daba cuenta porque sus calzoncillos me llegaban hasta mis rodillas. Aunque por esta vez confíe en él, pasé de los niños y con todo mi equipo me fui a cazar. De repente vi una figura que se movía, fui a disparar con el rifle pero al ver esa criatura parecida a un perro pase de disparar a acercarme. El me empezó a perseguir y cuando me atrapó me  empezó a lamer. Pasé la tarde con él jugando hasta la hora de cenar y luego se lo conté a mi padre. El me dijo que se llamaban HUSKIS. A la mañana siguiente fuimos a esquiar y cuando empecé a esquiar me di cuenta de que no llevaba el móvil encima. Cuando mi padre y yo bajamos algunas pistas y después fuimos a la negra junto al bosque y le propuse una carrera. A mitad de pista, cuando le había dejado atrás, me di contra un árbol y perdí el conocimiento. De repente note una áspera, cálida y húmeda lengua. Abrí los ojos y vi veinte HUSKIS cachorros mirándome como diciendo: ¡ de donde a salido éste compadre ¡. Cuando me disponía a levantarme vinieron todos a por mí con un ataque de mordisquitos y lametazos. Más tarde llego la madre y me llevó a su guarida con los cachorros que parecían soldaditos de nieve. Estuve con ellos dos días, cacé, jugué y por la noche me lleve una sorpresa. Todos se acurrucaron alrededor mío y yo hice una hoguera. A la mañana siguiente oí a un guarda-bosques y a mi padre. No sabía de donde venía así que seguí a los perros. Vi a mi padre y me tiré a abrazarle. El guardabosques dijo que nos podíamos quedar los HUSKIS y mi padre aceptó. Ahora todo el mundo se queda alucinado al ver que sin correa  veinte HUSKIS más el padre y la madre me siguen de paseo.
LOS PERROS SON LOS MEJORES AMIGOS DEL HOMBRE

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