lunes, 24 de enero de 2011

Catalme, Minote y Nico

Había una vez un guerrero sin caballo que  se llamaba Nicolás Arkep de la Epa, al que le gustaban mucho los chupachups de limón. Cada mañana se acercaba al campo y tomaba uno.

Una vez le mandaron una carta muy interesante que ponía:

Querido amigo:

¿Cómo te llamas? Me gustaría que salvaras a la princesa de Inglaterra, que se llama Catalme. Por del dragón Minote está encerrada en un castillo. Besos y saludos, Güino.

Él se preguntó, ¿qué Minote ni que porras, qué princesa ni qué salchichones voladores, qué Güino ni qué nueces? Nuestro héroe se vistió con su armadura y se puso en marcha.

En el camino se encontró con la serpiente Grina, pero pasó de ella. Siguió y por fin llegó al castillo Minocat, que se llama así por Minote y Catalme. Nico se puso a luchar dos horas con el dragón y tenemos al ganador… ¡Nico venció! Salvó a la princesa Catalme y se casó con ella.

Todos fueron muy felices y comieron perdices.

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