Una vez le mandaron una carta muy interesante que ponía:
Querido amigo:
¿Cómo te llamas? Me gustaría que salvaras a la princesa de Inglaterra, que se llama Catalme. Por del dragón Minote está encerrada en un castillo. Besos y saludos, Güino.
Él se preguntó, ¿qué Minote ni que porras, qué princesa ni qué salchichones voladores, qué Güino ni qué nueces? Nuestro héroe se vistió con su armadura y se puso en marcha.
En el camino se encontró con la serpiente Grina, pero pasó de ella. Siguió y por fin llegó al castillo Minocat, que se llama así por Minote y Catalme. Nico se puso a luchar dos horas con el dragón y tenemos al ganador… ¡Nico venció! Salvó a la princesa Catalme y se casó con ella.
Todos fueron muy felices y comieron perdices.
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