lunes, 24 de enero de 2011

El dragón de fuego

En un pueblo muy lejano vivía un niño llamado Ramón. Los habitantes del pueblo tenían mucho miedo porque todas las noches les atacaba una manada de gigantescos lobos salvajes. Un día el alcalde reunió a todos en la plaza y pidió a un guerrero voluntario que subiera a lo alto del volcán y trajera la famosa espada nueva, que como decía la antigua leyenda, "un valiente niño guerrero la encontraría en la boca de fuego". Ramón levantó la mano, y todos decidieron que fuera él. 

Cogió sus cosas, le dio un beso a sus padres y se fue. Cuando estaba llegando al temido volcán vio que la montaña rocosa era la rugosa piel de un dragón, y el fuego que salía era de su boca. ¡No existía volcán! El dragón se hizo su amigo y le entregó al niño la espada nueva con la que pudo derrotar a los lobos. 

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