miércoles, 4 de mayo de 2011

El conejo rabioso, por GME

Juan era un niño nervioso y mimado. Últimamente tenía el capricho de tener un conejo como mascota. Sus padres no aguantaron más y al final cedieron y le compraron el más bonito pero no se dieron cuenta de que tenía la rabia. 
Al llegar a casa, Juan estaba tocando el piano. Poco a poco, Juan se olvidó del conejo porque todo el rato tocaba el piano. Los padres eran los que realmente cuidaban al conejo y cómo no, el conejo les cogió cariño. Pero al niño le odiaba con toda su fuerza. Un día se olvidaron de cerrar la puerta de la jaula. El conejo salió con la idea de destrozar el piano.
A Juan casi le da un patatús al ver a su conejo echar espuma por la boca mientras destrozaba su preciado piano. Desde aquel día, Juan cuidó de su conejo que daba gusto verlo. Pero aún tenía otra cosa que hacer, quitarle la rabia. El conejo le proporcionó muchos problemas al doctor. Le tuvieron que anestesiar para vacunarle. Después de todo esto, Juan y sus padres arreglaron el piano y todos vivieron en paz.

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