Hola me llamo Juan, tengo 11 años, vivo en Madrid y tengo un perro de 7 años que se llama Curro y es de la raza escocesa Westy Highlands.
Os voy a contar una historia que me paso hace varias semanas cuando estaba pasando unos días en la bodega que tiene mi abuela en Piñel de Arriba, Valladolid:
Una mañana estaba jugando con mi perro y mis primos en el campo, cuando de repente apareció una perra imponente de color negro y con manchas blancas de la raza Coker Gigante y como no, mi perro utilizando su encanto personal hizo que se fijara en él. Horas después, mis primos y yo nos fuimos a la casa de mi abuela para cenar y nos dimos cuenta de que la perra nos estaba siguiendo. Cuando íbamos a entrar, Curro y la perra salieron escopetados hacia el encinar, perdiéndose en la oscuridad. Entramos en la casa y avisamos a todos los padres. Salimos a buscarles con los coches pero en el bosque de encinas no estaban, también los buscamos en la laguna de las ranas verdes y allí tampoco se encontraban, lo mismo pasó en el jardín de los sauces llorones y en la plaza de toros abandonada, pero al llegar al desfiladero de la muerte, vimos el cadáver de un perro y que suerte tuvimos de que no era el de Curro. Todos estábamos muy desanimados porque nos íbamos al día siguiente may temprano nos marchábamos a Madrid y no le habíamos encontrado. Cuando ya íbamos por la puerta nos lo encontramos y lo montamos en el coche y todos nos fuimos muy contentos a Madrid. Curro se paso tres días durmiendo de lo cansado que estaba.
Pasados unos meses nacieron unos cachorros nuevos en la bodega.
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