viernes, 8 de abril de 2011

El atentado contra las 4 torres más altas de Madrid, por Daniel García


 CAPITULO I

Era una mañana tranquila y soleada en la ciudad de Madrid. La gente iba tranquila o un poco nerviosa, porque algunos perdían los aviones, otros los taxis, otros llegaban tarde a la escuela. En este caso, el alcalde Gallardón estaba a punto de perder el avión. Iba el sólo sin nadie, ni secretarias ni guardaespaldas. Decían que iban a anunciar en las noticias que unos rusos iban a provocar un atentado con un avión en algún edificio importante.

Estuvieron vigilando la Torre Picasso, las Torres Kio, las cuatro torres más altas de Madrid, el edificio de Correos y la Cibeles. El alcalde Gallardón vio algo sospechoso en tres personas, parecían rusos. Estaban instalando algo en el motor del avión en que iba a viajar.
-¡Ah, nooo! Eran los de mantenimiento – dijo el alcalde.
Pero resultó que después se cambiaron de traje y entraron en el avión, Gallardón también entró.
Diez minutos después uno de los sospechosos era ruso, porque gritó ¡Sdrazvuitie! , pronunciado algo así como ¡Raspotiag!, que en ruso significa ¡Hola!. Y después de eso le clavó 20 puñaladas con un machete a un chaval de 32 años.
-¡Había rusos en el avión!- exclamó Gallardón.
Uno de ellos sacó una pistola y otro sacó una granada, y se dirigieron al control de mandos. Entraron en la puerta dos rusos, primero el más joven, el del cuchillo, después el de la granada, y por último el de la pistola.
Nada más entrar en el control mataron al piloto y al copiloto. ¡Habían tomado el control! Ahora eran imparables.
En general la mayoría de la gente empezó a hacer llamadas, pero no a escondidas. Gallardón estaba llamando a las Fuerzas Armadas.
Algunos estaban organizando un plan, entre ellos Gallardón. A uno de ellos le tocó llamar un poco la atención al ruso de la granada. Es ruso casualmente vino, estaban todos escondidos. Uno de ellos, español, le dio una colleja que le dejó tumbado e inconsciente.
Al más joven, entre cuatro buenos mozos le tuvieron que encerrar en el baño.
El de la pistola, cuando sólo quedaba un minuto para el atentado, estaba encerrado dentro del control, y dijo: ¡voy a estrellar este avión contra las cuatro torres más altas de Madrid!


CAPITULO II

Y así fue.
Gallardón se puso nerviosísimo, abrieron la puerta e intentaron quitar al ruso de los mandos, pero ya se habían estrellado.
Algunos murieron, pero eso no era todo. Aparte de eso, se habían estrellado contra la Torre Figo.
Algunos se dieron cuenta de que había una bomba en el motor; explotó la bomba y se derrumbaron las cuatro torres.
Habían muerto 2.000 personas incluido el alcalde.
Los suicidas fueron identificados como : Tajasvugan, Ratonskan y Otonska.
Una catástrofe.

FIN.

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