El sábado por la mañana estaba preparándome para ir a fútbol, cuando mi madre me interrumpió para decirme que no podía jugar todo el partido porque tenía que ir al voluntariado para ayudar a los necesitados. Así que solo jugué una parte del partido.
Mi madre me dijo que íbamos al museo del ferrocarril, me lo pase muy bien porque había muchísimos trenes y de todos tipos. Vi unas maquetas de algunas estaciones de Madrid y además se podía subir en algunos trenes, como por ejemplo uno de madera que parecía del oeste, bueno es que lo era.
Me gustó mucho un tren que cuando entré era una cafetería. Estuvimos un rato allí hasta que fue la hora de irse. Volvimos a casa y estaba tan cansado que me eché una siesta.
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