En busca de Frank

 Un día  soleado en la lejana Escocia, Frank estaba pescando por la noche y unas extrañas olas azotaron el barco. Frank, asustado, decidió irse a puerto. Cuando llego estaba amarrando el barco pero algo muy grande le atacó…

En Escocia, día 8 de febrero, habían pasado 15 años desde la muerte de mi padre Frank, estaba convencido de que encontraría  a la bestia que le atacó, o era un hombre… No se sabe (Por ahora). 

Los científicos cuentan que había una leyenda que nombraba los hechos de una bestia que podía haber sido la causante de aquella muerte. Investigué a fondo aquella leyenda, si era verdad, juré que mataría a la bestia o al hombre que hubiera matado a mi padre. Alquilé a un equipo de buzos para que me ayudasen en aquella investigación. No podía creer los datos y muestras que habíamos conseguido, todo lo que habíamos reunido de muestras y documentos recientes, pero no era lo suficiente

17 de febrero, dia del cumpleaños de mi padre que en paz descanse, no estaba muy contento de meterme en el lago en busca de la bestia que mató a mi padre, pero lo juré y yo soy hombre de palabra.

Al siguiente día me llamaron del laboratorio diciendo que no existía ninguna bestia. Yo estaba seguro de que existía por que una muerte así no se ve todos los días.

Tras los fracasos de muchas de las investigaciones, no hubo resultado alguno, así que decidí ir a buscarlo por mi cuenta. Fui al otro lado del lago, cuyo nombre se conoce como lago estrés. Se llamaba así por que toda la gente que había intentado pasar nadando o en barca volvía siempre con muchísimo estrés

No me atrevía a pasar al  otro lado  pero… lo tenía que hacer. Cuando caminaba hacia allí, un camión volcó detrás mío. Fuí a ayudarle, un muchacho se estaba ahogando entre la humareda que se produjo al volcar, lo raro es que se volcó bruscamente pero no hubo llama ninguna. Más tarde, el hombre se recuperó y le dije que si quería emprender una aventura conmigo. La verdad es que aceptó, porque recordar que me debía una, y total… seguimos la aventura.

En el camión trasportaba material pirotécnico, que nos ayudaría en la investigación. Nos llevo varias horas meter el material en la mochila. Deberíamos meter todo el material posible, y tuvimos que apretujar algunas cosas, por que casi no cabía en la mochila. Tras días caminando descubrimos una grieta donde entramos sin pensarlo. La grieta era oscura, daba miedo, casi no nos metemos pero recordad que yo soy un hombre de palabra y por mi padre daría la vida dentro de la grieta. Había una puerta muy antigua, con escrituras indescifrables.

Intentamos abrir la puerta, pero no se podía, así que decidimos echarla abajo, pero no lo conseguimos. Lo intentamos de nuevo, pero tampoco.

-“ antigua pero dura…” exclamó mi acompañante.

Así que se me ocurrió una idea: poner el material que habíamos extraído del camión. Pusimos todo lo que llevábamos encima, echamos una cerilla, nos tiramos al suelo y ….boom!!! boom!!! Baan!!!... de todos los sonidos se escucharon. Intentamos entrar, pero lo malo es que había una humareda impresionante. Conseguimos atravesar el humo. Yo dije en voz alta:

“ Vaya, pues si que son buenos los petardos ehhh…

Dentro había unos aparatos muy extraños. Me pareció haber visto esos aparatos en algún libro. Entonces Nicolás, al que yo Pedro había salvado la vida, me empezó a explicar para que servían tales aparatos. No lo comprendía, hasta que dijo:

-“ Esto era de mi padre”

 Y le conteste:

- ¿Y quien era tu padre?

- Era un científico llamado Greg. De los mejores, que murió porque le ataco una bestia que se hace llamar… ¡NESSIE! ¡La bestia del lago estrés!

 Y yo le conteste:

-       Igual que mi padre.

-       ¿Y quien era tu padre?

-       Era un pescador muy noble y famoso llamado Frank.

-       Espera, se llamaba Frank Heffley.

-       Si, ¿como lo sabes?

-       Por que le vendía un montón de pescado a mi padre.

-       Que casualidad.

Y Nico se rió.

Salimos de la grieta para continuar nuestro viaje. Decidimos descansar en la primera roca que encontramos, después de todo al menos descansamos 2 horas como mucho.

Al día siguiente, le conté un sueño que había tenido muy extraño: Estaba durmiendo cuando algo muy grande me tocó. Nicolás me dijo que no era un sueño que fue él, que tubo una pesadilla y sin querer se cayó encima de mi. Yo estaba convencido de que era un sueño, o quizás algo me toco de verdad…

Bueno total, que continuamos nuestra aventura.

Llevábamos 3 horas caminando. Se notaba mucho que no llevábamos el material encima. Insinué de pronto algo muy veloz y grande. Cruzo el lago rápidamente, nos hicimos una idea de que era la bestia, así que decidí tirarme al lago para agarrarme de él y que me llevase a su guarida. El monstro, al verme, se intento deshacer de mi, pero yo me resistía. Al momento me ahogaba bajo el agua, Nico se tiro al agua para ayudarme, era inútil nos ahogábamos los dos, al rato no podíamos mas y nos soltamos de su cola, habría que intentar atraparlo mañana.

Seguimos caminando hasta que encontramos otra grieta en el fondo del lago, al parecer llevaba al otro lado. Nos adentramos allí, hasta que vimos trozos de madera que parecían estar recién comprados. También había una sabana y un sopla hojas, y Nicolás me dijo que hiciésemos una barca con todo aquel material,  porque al final de la grieta para salir a la superficie habría que nadar, y era mucho menos arriesgado montar en el barco que ir buceando con esa bestia suelta ahí en el lago. Total, que construimos un barco. Estaba echo de unos tablones de madera. La sabana la usamos de vela mayor  y tras 4 horas de fatigoso trabajo nos salió un barco, buen barquillo mas o menos bien hecho para el material que había por allí, estaba súper bien bueno, que digo, bien fenomenal.

Nada mas terminar fuimos hasta el final de la grieta. Allí nos preparamos para embarcar, pero Nicolás interrumpió diciendo:

-       Podríamos usar el sopla hojas para soplar a la vela y así ir mas rápido.

Yo le dije:

-       ¿ por que no?

 y lo utilizamos.

 Empezamos a navegar a toda vela, pero hubo un problema a mitad de camino, el sopla hojas se quedo sin gasolina y, de pronto, volvimos a ir rápido, pero… ¿Por qué?

Cuando llegamos a la orilla una cabeza se asomó fuera del agua, era el monstro o la bestia, como lo queráis llamar, pero era gigantesco eso estaba claro. Al parecer la bestia hablaba, esto era lo mas extraño que me ha pasado en la vida y yo creo que en la de mi padre también. El monstro nos cojió de las piernas y nos sumergió en el agua, nos llevo hacia su guarida secreta. Nada más llegar me lleve la sorpresa más grande de toda mi vida: estaba ahí mi padre, pero… ¿No había muerto? Me acerqué a él y le abrace y el me dijo:

-       Hijo mío!!! como te echaba de menos…, jure que vendrías a por mí.

-       A esa criatura me la cargare con mis propias manos, lo jure! Y lo haré.

-       No la mates, ella me salvo la vida de las manos de un dragón. ¡No lo mates por favor!

-       Pero lo jure.

-       Hijo mió, tu juraste que matarías al que me intento matar no al que me salvo.

Nicolás interrumpió diciendo:

-       Me estáis haciendo un lío.

 Yo conteste a mi padre:

-       Es verdad, pero que quede en cuenta que tengo que matar al dragón… 

¡CONTINUARÁ!

DEDICATORIA DANIEL: A D. Pedro, porque es un gran profesor y me ha apoyado en los momentos dificiles y lo que mas me gustaria seria tenerle de tutor el año que viene.

 DEDICATORIA RODRIGO: A mi tío Ton, porque me ha apoyado para que escriba. Y a toda mi familia.