lunes, 7 de febrero de 2011

Kalanda y Sarkan



Érase una vez dos pueblos muy distintos: Kalanda, donde los habitantes eran simpáticos, amables, educados… Y Sarkan, donde eran todo lo contrario.
Siempre se metían con los buenos: les pegaban y cuando uno de esos se acercaba al pueblo, todos se metían en sus casas y las cerraban con pestillos. Pero un día, llegó un hombre de Sarkan, que resultaba ser simpático, amable, educado y gracioso. Se llamaba Jorge y le habían tratado muy mal en aquel pueblo. Entonces, decidió ir a Kalanda, donde resultaron ser como él. Jorge les contó que el siguiente lunes los de Sarkan les iban a destruir sus tierras sus trabajos, sus casas…


Todos estaban muy asustados, así que pensaron en atraparles en cuanto aparecieran.
Llegó el lunes y los del Sarkan tardaron en llegar. Venían con palos y piedras, pero Kalanda no pretendía hacerles daño, sino que solo les querían enseñar a ser educados, amables, graciosos… Les atraparon, bueno, ellos lo que llamaban por atrapar era descubrir. Les descubrieron y el sabio de Kalanda les dijo: “ ¿queréis ser como nosotros ? es decir, simpáticos, amables, trabajadores…”

-       No, no queremos - dijo el jefe de Sarkanda.
-     Pero, vamos a ver, qué preferís: pasarlo mal, estar aburridos, comer mal, oler mal, hablar mal, ser vagos… o ser limpios, ser trabajadores, comer de vuestros cultivos, beber de vuestros vinos en vez de Whisky.
-     Bueno, pensándolo bien nos gustaría ser como vosotros. Definitivamente sí. ¿ Pero como lo haríamos?
-     Nosotros os enseñaremos, ¡¡¡¡ verdad chicos !!!!
-     Sí claro, como no. Nos pondremos en marcha ahora mismo. ¿ De acuerdo?
-     De acuerdo.

Kalanda emprendió su misión. Empezaron por enseñarles a vestirse, luego a utilizar los cubiertos, a ser amables… y muchas cosas más. Tardaron semanas en enseñarles todo, pero al final todo acabó bien. Se empezaron a conocer, mezclaron sus costumbres y se juntaron formando un nuevo pueblo.

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