jueves, 10 de marzo de 2011

Aventura Acuática


Mi nombre es José Antonio y una de mis grandes aficiones es bucear. Para bucear a gran profundidad se necesita un titulo de buceo donde te enseñan como poder bajar sin hacerte daño en los oídos.
El equipo de buceo está formado por un traje de neopreno, aletas, gafas, regulador y botella de oxigeno; aunque yo no puedo bucear con ese equipo porque soy menor de edad, por lo que de momento me conformo buceando con aletas, gafas y tubo.

El día 19 de marzo de 2010 para celebrar el día del padre nos fuimos mi familia y yo a la playa. Después de desayunar, mis primos Leticia, Sara y Dani, convencieron a sus padres de que los dejaran ir a bucear; mientras yo preparaba las aletas para la aventura. Unos minutos más tarde mis primos vinieron con redes para recoger cangrejos y estrellas de mar para el acuario ya que a mi madre le encantan los peces y la vida del mar.
Una vez dentro del agua, mientras mis primos y yo vigilamos la zona apareció un hombre pez delante nuestro y empezó a pedirnos ayuda y nos dijo que se llamaba “Torgh” y que si podíamos ayudarle a vencer al tiburón de dientes de plata que se llamaba “Platino” al cual se le podía ver desde lejos porque cuando brillaba el sol se reflejaban sus dientes.
Al principio nos asustamos al encontrar un hombre pez y que sin decirnos hola nos contó que se llamaba Torgh y que teníamos  que ayudarle a vencer a un tiburón que no conocíamos de nada.
Nos sentamos en la arena y pensamos un plan para vencer a Platino y devolver la paz al pueblo de Torgh. Tuvimos que ir a casa a contarles lo sucedido a nuestros padres y preguntar si podíamos ayudar a Torgh. Nuestros padres nos dijeron que si, pero que no jugásemos a apuntarnos con los arpones y que no nos separásemos de Torgh por si venía Platino y nos atacaba. Finalizamos el plan y nos fuimos a la búsqueda de Platino. Torgh nos dijo que luchar sólo con arpones era poco ya que Platino era muy ágil y tenía una espada de oro debajo de las aletas.
Leticia dijo en plan bromista que necesitábamos una red muy grande para cazar a Platino y Sara le contestó: menos bromear y más buscar soluciones. Mientras Dani que era el mayor estaba calculando como y donde colocar las trampas para vencer a Platino, y yo que era el más pequeño estaba preguntando a Torgh como vivían y si molaba ser el jefe de un pueblo entero, el me dijo que si, pero nos estábamos retrasando demasiado. Torgh se metió directamente en el agua y cuando nos metimos en el agua le dijimos a Torgh que sólo podíamos sumergirnos hasta lo que el tubo alcanzara y Torgh nos dio unos caramelos que si los mordíamos mucho tiempo podíamos respirar bajo el agua tres días seguidos.
Unos minutos más tarde nadie de los cinco podía ver nada porque ya estábamos cerca de Platino, pero cada vez empezamos a ver más, porque Platino se estaba alejando y un grupo de medusas y calamares gigantes empezaron a perseguirnos, los calamares empezaron a echar tinta como locos y las medusas se prepararon para picarnos. Torgh lanzó unas hondas que neutralizaron al ejercito de Platino y empezamos a buscarle, le encontramos escondido al final de un precipicio que media veinte brazas y que Sara, Leti, Dani y yo no llegamos a poder bajar tanto. Torgh nos dijo que no nos preocupásemos ya que podíamos respirar bajo el agua y no nos dolerían los oídos al bajar.
Platino tenía su espada preparada para el ataque, Leticia dijo que la mejor defensa es un buen ataque. Torgh nos dio la señal de ataque pero Platino se dio cuenta y Torgh mantuvo distraído a Platino un rato mientras Leti y yo apuntábamos al lado inferior y Sara y Dani apuntaban a la cabeza de Platino.
Torgh dijo ¡fuego! Y entre los cinco metimos a Platino en la cárcel más vigilada del mar. Al final nos tuvimos que despedir de Torgh porque ya se acercaba la hora de comer y a mis padres no les gusta nada que lleguemos tarde a comer así que nos despedimos de Torgh y nos dijo que cuando quisiéramos podíamos pasar a visitarle, le dijimos que si y nos fuimos corriendo.
 ¡Ha sido el mejor día de mi vida!

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