Un día estaba yo con mis hermanos Jorge y Pablo en el garaje buscando un monopatín, que según mis hermanos era muy chupi guay y tenía una calavera azul. Pero cuando paramos de buscar nos encontramos una cosa marrón que era muy arrugada y vieja. Entonces me preguntó mi hermano:
- ¿Qué es eso?
Yo le respondí:
-¡No tengo ni idea!
-¿Entonces?
-¡¡Eh, espera que se nueve!!
-¡Es un extraterrestre! – le dije.
-¿Un ESTRATERRESTRE?
-Si.
Salimos pitando pero dijo el extraterrestre:
-TELEFONO, MI CASA.
Me quede alucidano pero de todas formas salí.
Le dije a mis hermanos:
-NO vuelvo a bajar ahí abajo.
Entonces la mañana siguiente bajé con mi padre y le llevamos a una perrera, aunque le echaría de menos, al igual que su frase: “TELEFONO, MI CASA”.
¡Bien Miguel! Sigue escribiendo y publicando. ¡A por ello!
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