miércoles, 23 de marzo de 2011

Broadway

Hola, me llamo Santiago y os voy a contar una historia. Yo voy a un club que se llama Jara. Cada año en el club hacemos una opera rock. Este año era mi primera opera rock en el Jara. Os voy a contar de qué iba la historia. Los protagonistas son un abuelo y su nieto. El abuelo sacó al nieto a pasear por Central Park en Manhatan. Mientras hablan de la historia de la vida del abuelo la magia hace que lo vean de verdad. Preparaos que empieza el espectáculo. 

Nieto: ¿Abuelo, te gusta el cine?  
Abuelo: Si
Nieto: ¿Qué clase de pelis te gustan?
Abuelo: Seguro las que no te gustan a ti.
Nieto: ¿Cómo lo sabes?
Abuelo: Pues por que lo se. ¿Haber, dime que pelis te gustan a ti?
Nieto: Pues a mi me gustan las pelis de acción, aventuras y muertes.
Abuelo: ¿Y no te gustan las pelis de historias?
Nieto: Abuelo, todas las pelis cuentan historias.
Abuelo: Si,  pero algunas mejores que otras.
Nieto: ¿Qué es lo que más te gustaba de joven?
Abuelo: El teatro.
Nieto: ¿El teatro?
Abuelo: Si, el teatro.
Nieto: Pero si el teatro es un rollo.
Abuelo: Te voy a contar mi historia sobre el teatro.


El abuelo empieza a contar que cuando era joven iba  a celebrarse un concurso de teatro que había en Manhatan. Competían dos compañías: una que ha ganado siempre y otra que siempre perdía. Los que siempre ganaban ya se sabían el número y no querían ensayar pero en cambio los otros intentaban escoger dos personas más, puesto que el año pasado se fueron dos. Los perdedores se fueron a una cafetería cerca de allí. Al llegar, empezaron a darse ideas de a quien podrían meter en el grupo. Una hora más tarde los camareros (uno de ellos era el abuelo) dijeron que ya cerraban el local. Uno de los perdedores les preguntó si sabían bailar y cantar, los camareros dijeron que si pero como no se lo creían del todo se lo demostraron. Les gustó tanto, que ese mismo día le dijeron al jefe que habían encontraron las dos personas que buscaban. Solo quedaba una semana para el concurso y cuando se lo sabían perfectamente llego la gran final. Empezaron los ganadores y después los perdedores mientras los del jurado ponían las puntuaciones. Como tardaban, tenían preparado un coro (y allí estaba yo). Empezamos a cantar y cuando terminamos la  primera estrofa el director nos echó la bronca por haberlo hecho rápido y después nos regañó por cantar despacio la segunda estrofa. Artos de tanta regañina hicimos un plan: antes de acabar la última estrofa uno se acercó para hablar con el director y antes de que pudiera contestar le empujamos, le atamos. Después de un tiempo se desató y nos marchamos para que el jurado dijera su veredicto. La puntuación de los ganadores fue 10 8 9, y la puntuación de los perdedores fue 10 6 9. Pero el segundo miembro del  jurado se equivocó, por que no era 6 sino 9 así que los perdedores se convirtieron en ganadores por un año pero al recoger el premio dijeron que era mejor si estaban las dos compañías juntas, así que hicieron las paces y los dos  ganaron. 

1 comentario:

  1. Bien, Santiago, esta historia es interesante y divertida. ¡Sigue escribiendo!

    ResponderEliminar