El Cross, por Miguel Roig

Era Viernes, el día del del cross de Aldovea. El XXXI cross de Aldovea. Venían todos los colegios de la Moraleja, para correrlo. ¡Después de correr hay pizza! Bueno empezamos la historia.

Un día por la mañana nos  preparamos todos los de mi clase y yo para correr el cross. Nos dieron un dorsal a cada uno de la clase, y un microchip. 

Después de que nos dieran el microchip y el dorsal nos dijeron que nos quedáramos un rato en clase. Cuando nos dijeron que saliéramos hubo un poco de pelotón pero bueno, después de salir uno de mi clase me dijo que si estaba nervioso y yo dije que si, un poco. Entonces no esparcimos todos pero yo iba con unos de mi clase, César me dijo ¿que hacemos? No se, díselo a los demás, bueno nos fuimos por todo el colegio.

Me dijo César de nuevo que si quería ir con ellos y yo  le dije ¿con quien? Con Juan Jesús, Guille,y todos los que ves,vale.

Pero en 5 minutos nos toca salir, vale respondió.

Iba a empezar la carrera, yo estaba muy nervioso, pero cuando pitó la bocina me puse las pilas y a toda velocidad, era un esfuerzo, pero lo que más costaba eran las subidas y había dos subidas.

Cuando yo estaba subiendo me encontré a César bajando y me quede impresionado porque iba primero, entonces le anime y le grite ¡¡¡¡¡  VAMOS CÉSAR QUE TÚ PUEDES!!!!!! hasta que llegué a la meta y nada más coger la pizza fui a buscar a César para felicitarle de haber ganado. Me  quedé con el en la entrega de premios, y después de que se lo entregaran no fuimos por ahí a divertirnos y nos lo pasamos muy bien.