El caso es que se fueron de viaje en el bote del abuelo. Cuando estaban a mitad de camino se levantó una tormenta y el bote se desvió sin que se diesen cuenta. Al cabo de una hora llegaron a un sitio pero no sabían dónde. Pasaron unos minutos y desembarcaron. No sabían dónde estaban y empezaron a preguntar, pero nadie les contesto hasta que le preguntaron a una persona muy maja que les dijo:
-¿Pero qué hacéis aquí? ¿Es que no sabéis que aquí arrestan a los ancianos? Venid que os enseñaré un escondite.
Pero cuando estaban ya llegando se les aparecieron unos guardias y arrestaron a los abuelos. Pasaron unos días y el padre empezó a estar harto de no estar con los abuelos y fue a buscarles a la prisión pero no le dejaron pasar así que les explicó que los ancianos eran cariñosos y muy útiles.
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